Los datos demuestran que son complementarias

Tan sólo el 20% de las fintech en España compite de forma frontal contra la banca tradicional, por otro 48% de ellas que son complementarias o un 32% que son colaborativas.

No es extraño oír comentarios alegres y nada profundos sobre cómo las fintech van a acabar con la banca tradicional. Incluso algunas de estas compañías de nuevo cuño apelan a esta supuesta disputa como base de sus campañas de marketing o de captación de clientes. Y si nos atuviéramos solo a esa imagen instaurada a fuego en el imaginario colectivo, parecería que los grandes bancos son meros dinosaurios esperando a la llegada del meteorito digital que acabe con su existencia.

Sin embargo, si uno analiza un poco más en detalle la escena de este sector, verá que no sólo los grandes bancos de toda la vida han emprendido un ambicioso camino hacia la digitalización, sino que muchos de ellos colaboran activamente con startups para potenciar sus respectivos valores diferenciales. Es el caso del Santander (con su aceleradora en Reino Unido), el BBVA (con su Innovation Center) o Bankia (con la aceleradora-incubadora que gestiona Innsomnia en Valencia).

Y es que, el surgimiento de nuevas propuestas no requiere necesariamente el fin de las antiguas. Y para muestra, un botón: tan sólo el 20% de las fintech en España compite de forma frontal contra la banca tradicional, por otro 48% de ellas que son complementarias o un 32% que son colaborativas.

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Así lo atestigua un informe de la consultora KPMG, tras analizar el comportamiento y el modelo de negocio de las 300 fintech registradas a escala nacional. Según el estudio, los productos ofrecidos por las Fintech son, en su mayoría, complementarios a los bancarios por “destinarse a clientes históricamente excluidos por la banca debido a la falta de rentabilidad o alto riesgo, o productos y servicios de soporte a las entidades tradicionales”.

El documento también señala que la banca tradicional está redefiniendo sus modelos de negocio para satisfacer a unos clientes cada vez más digitales, de acuerdo con las nuevas regulaciones, aumentando la transparencia y manteniendo la seguridad y la confianza.

“Frente a otras olas de innovación que ha vivido el sector financiero a lo largo de su historia, la actual elimina muchas barreras de entrada y permite el rápido desarrollo de nuevos modelos de negocio, lo que la convierte en un movimiento más disruptivo que los precedentes“, reconoce no obstante el informe. “En consecuencia, se está desarrollando un nuevo entorno competitivo que afecta de forma significativa a la banca tradicional. Ante ese entorno cambiante, resulta crucial para el sector y para todos los agentes implicados, identificar las tendencias y las mejores prácticas que se van desarrollando”.

 

 

Escrito por Alberto Iglesia Fraga

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